lunes, 10 de mayo de 2010

DEJAD QUE LOS NIÑOS SE ACERQUEN A MI

Con la iglesia hemos topado, como dijo Don Quijote. ¿Cuántas veces tenemos que escuchar hasta la saciedad el término tantas veces utilizado interesadamente "integración" y, luego, nos aparecen casos como éste? ¿Acaso quieren decir con la "integración": desintegración personal o cultural para asimilar otra? ¿Acaso tengo que ir a los toros o ser del Madrid o del Barça para ser un auténtico español?

He aquí un lugar de la Mancha, o mejor dicho, una persona de cuyo nombre no quiero acordarme, que, alejándose de las más básicas enseñanzas de Cristo, prohíbe que una niña de quince años se siente en el primer banco de la iglesia y, además, la rechaza, habiendo sido elegida Reina de las fiestas de la localidad por el las autoridades del pueblo.

Esta niña, elegida por el pueblo para representarlo en las fiestas locales, no va o acude a la iglesia en este caso representando la confesión que pueda tener en su corazón. Pues, si así empezamos, deberemos hacer un examen de fe a toda niña que quiera ser Reina de las fiestas, pues, quien sabe, puede que haya alguna que sea sierva del Demonio. Si así fuera, todos los presidentes o autoridades que representan a la sociedad que no confesaran la religión católica, no podrían acudir ni asistir a actos religiosos, siendo que representan a las instituciones de todos los ciudadanos. ¡Este señor párroco es un necio! Aquí, como en otras muchas ocasiones, hemos vuelto a presenciar un fenómeno xenófobo y antisemita, pues, a la niña no se la deja sentarse en el primer banco pues es de origen marroquí o árabe. Y los árabes, como se sabe, son de origen semita; por lo tanto, es un acto antisemita.

A este señor párroco, como he dciho, se le olvida o intenta olvidar aquella frase que recogen los evangelios donde Cristo dice: "Dejad que los niños se acerquen a mí". Y he aquí el supuesto representante de Cristo en su casa, repeliendo a una chica por sus orígenes o por su "supuesta" religión, ya que nadie ha abierto su corazón para verlo y comprobarlo.

Yo diría, no dejéis que los niños se acerquen a algunos que dicen representar a Cristo, pues luego, pasa lo que pasa, y si no, que se lo pregunten a al Papa. (POR SUS OBRAS LOS CONOCERÉIS).

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