lunes, 19 de abril de 2010

LA TELA DE LA DISCORDIA: EL HIYAB

Hace unos días, el consejo escolar del instituto público madrileño "Camilo José Cela" decidió separar del resto de la clase a una chica española, por el hecho de llevar el conocido y mal denomiando "velo islámico" o "hiyab".

Hace ya un tiempo atrás, escribí y colgué en este Blog un trabajo sobre este el tema "hiyab" titulado: "la falacia sobre la simbología del velo islámico", donde traté dos asuntos fundamentales: el hecho de que el velo no es un símbolo religioso, y segundo, el derecho que otorga la constitución española y la ley de libertad religiosa de elegir la libertad de culto, DENTRO Y FUERA DEL ÁMBITO ESCOLAR.
Este es el link del trabajo:

Primero, quisiera mandar desde aquí mis más caluroso Salam a Najwa y a su familia - que Alá os de apertura y a todos los musulmanes - por ser pacientes y luchar por sus derechos como ciudadanos de este país. Igualmente, expresar mi simpatía a las compañeras de Najwa que han decidido ponerse el “hiyab” No podemos permitir que se vulneren nuestros derechos con la patraña más sucia y miserable que suele utilizarse, cuando dicen que el velo islámico es un símbolo de opresión del hombre musulmán hacia la mujer.

Si es así, ¿qué me dicen ustedes de este símbolo representado en la imagen de abajo?

¿Por qué un velo en la cabeza de una monja o en alguien que se representa como la virgen María - sobre ella sea la paz - se considera un símbolo de pureza, castidad y espiritualidad, y, en la cabeza de una musulmana se interpreta como un símbolo de sometimiento y sumisión de la mujer al hombre?
Pero el asunto no tiene relación alguna con la religión. Estamos hablando de valores fundamentales y de derechos primordiales que tienen los ciudadanos de este país. Nadie se mete con las maravillosas obras de Sorolla en su representación de escenas de España. ¿Se han fijado cuántas mujeres llevan un velo de sumisión al hombre? Yo mismo, recuerdo a mi abuela Dominga, que era de un pueblo de Cuenca, llevar ese velo "humillante" dentro de casa. Un velo negro, grande y que le cubría toda la cabeza. ¿Acaso tendrían la desfachatez de decir que mi abuela llevaba en la cabeza una herramienta de sometimiento a su marido y al conjunto de los varones de su casa o su pueblo?
Lo que ocurre en el caso de las musulmanas, es que ese velo, por arte de magia, cambia de naturaleza de una cabeza a otra.
Lo que es verdaderamente penoso y humillante, es que cuando el Islam entra en escena, surge de lo más adentro de los islamófobos y compañía - y muchos lobos con piel de cordero -, la vena laica, estúpida e ignorante. Cuando les hablas de la legalidad y la constitucionalidad, aducen de la manera más soberbia, que el velo es una manifestación religiosa y que dicha manifestación debe estar relegada a lo privado. ¡Vaya por Dios! Entonces díganme ustedes porque no les sale la vena y la misma ansia por defender la “república” cuando llega semana santa con sus procesiones; o cuando en la mayoría de los pueblos y ciudades de España, cuando se celebra su día mayor, va acompañado de una misa católica; ¿Por qué tienen que jurar los ministros y los presidentes de gobierno su cargo ante un crucifijo y una biblia, siendo que estamos en la Europa laica del siglo veintiuno (XXI)? Por desgracia, lo español, surgió en su día como una negación del "otro": es decir, yo, no soy tú. Sin aportar nada más.





¿Por qué, por qué, por qué…?

La respuesta es sencilla. Simplemente, porque se trata del Islam. Y, el Islam, ha devenido hoy día el pensamiento a demonizar por la cultura dominante (aquella que domina a través de la fuerza y las armas). Siempre quieren ver en nosotros lo peor, cuando la viga que tienen en sus ojos no les deja ver más allá de sus pupilas. La verdad es que no se puede ser tan falso, estúpido, ignorante, burro y, sobre todo, xenófobo.
Que Al-lah nos libre.

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